Cómo las creencias pueden mejorar nuestra salud
Actualmente la medicina tiene abierto un debate que trata de resolver una cuestión de fondo, que no es otra que, como podemos controlar nuestro inconsciente a favor de nuestra salud. Y ahí es en donde aparecen los estudios sobre el Efecto Placebo, ¿cómo es posible que mejore o empeore nuestra salud en función de las creencias que tenemos sobre ella?
Hay muchos más ejemplos como el anterior, uno de los más relevantes es el caso de una cirugía que se demostró posteriormente que era un placebo, la cirugía en cuestión es la ligadura de arteria mamaria interna, esta operación se desarrolló para combatir la angina de pecho, ésta es producida por una obstrucción que sufre la arteria coronaria que se encarga de suministrar sangre al musculo de la pared del corazón, la lógica de la operación era ligar la arteria con el fin de que el flujo sanguíneo se viera obligado a buscar otras vías a través del corazón para seguir suministrando sangre. Los resultados de la operación fueron óptimos desde el principio, los pacientes podían recuperar su movilidad y capacidad física a las semanas de haberse realizado la operación. Después de miles de operaciones los doctores no pudieron demostrar que esta operación era efectiva, no podían comprobar que había nuevas vías para reforzar el flujo sanguíneo, es más, constatado este hecho, otro especialista abordó la operación como placebo puro, realizando una cirugía que sólo consistía en abrir al paciente, exponer la arteria sin ningún tipo de ligamiento y volver a cerrar, los efectos de mejora de los pacientes fueron los mismos desde el principio.
PLACEBO, «El triunfo de la mente sobre la materia en la medicina moderna»
Para no entrar en la gran cantidad de casos de análisis y estudios que se han realizado de efecto placebo, se me ocurre recomendar el libro PLACEBO, «El triunfo de la mente sobre la materia en la medicina moderna», de Dylan Evans, editorial ALBA, en donde se trata con rigor y con una visión científica, muchos de los casos que se han documentado. El lector comprobará la semejanza que tiene el análisis del autor con las teorías que conocemos de PNL.
Hoy por hoy, se están administrando placebos por parte de algunos especialistas en la Universidad Johns Hopkins de forma absolutamente transparente, sin ningún intento de ocultar la verdad, en donde el especialista, recomienda el uso de una pastilla de azúcar, explicando que no tiene ningún efecto nocivo para la salud, que es parte de un tratamiento que él está seguro que puede ayudar a recuperar su salud, que en un número muy importante de casos así ha sido, y que en el peor de los casos nunca tendrá un efecto perjudicial.
Hay un hecho contundente encima de la mesa, nuestro inconsciente es capaz de dotar de recursos a nuestro organismo para luchar contra las enfermedades de una forma efectiva, para mejorar nuestra calidad de vida y para ser felices. El acceso a nuestro inconsciente es una enorme aventura en donde la Programación neurolingüística tiene mucho que decir.
Nuestro inconsciente regula desde nuestros parpadeos, al ritmo sanguíneo, pasando por procesos más complejos como la liberación de endorfinas en nuestro cuerpo y otros elementos como cortisol, dopamina, etc., todos ellos mejoran el funcionamiento de nuestro sistema inmunológico y nos conceden una larga vida.
La PNL tiene un efecto real, no es sólo parte teórica de una rama de la psicología, es fundamentalmente práctica, es una vía real, objetiva, medible para conseguir mejorar nuestra calidad de vida, en la medida que conozcamos nuestro otro yo, el inconsciente, y le dejemos hacer su trabajo óptimamente podremos asegurar una vida llena de salud.